El 24 de junio se produjo la confirmación de Alejandro Gutiérrez Val como jockey en España al ganar con El Caney el Gran Premio de Madrid. Hasta hace poco su trayectoria profesional ha sido desconocida por muchos. En cambio, la historia de este jockey nacido en la localidad cántabra de Requejo comenzó a escribirse varios años antes.
Sus primeros pasos en el mundo del turf los dio, como otros tantos
jóvenes cántabros, de la mano de Enrique Puente en la playa de Laredo. Sin
embargo, algo que comenzó como un pasatiempo en vacaciones pasó a convertirse
en su futuro oficio. Su buen hacer hizo que debutase en Laredo el año 2014 con
Ashdeuzo siendo sexto a unas semanas de cumplir los 16 años. Mientras que su
debut en San Sebastián fue semanas después con Banbu en el Memorial Emilio Castiñeyra.
En su segunda actuación fue quinto ante el asombro de muchos aficionados que
veían a un chaval que tenía cara de niño y un cuerpo todavía sin desarrollar.
Tras el verano, dio el gran paso de irse a Mont de Marsan a
la AFASEC, sin conocer a nadie allí ni saber hablar francés. Unos hándicaps que
los superó rápidamente incorporándose al patio de Philippe Sogorb, que coincidieron
también con los primeros pasos como entrenador del ex jinete. Precisamente con Sogorb
se produjo su debut francés como aprendiz con un caballo llamado Cubalibre
siendo noveno en Pau un 2 de enero de 2016.
Su primer triunfo tardó más de un año en llegar al vencer
con Alpha Joa el 17 de abril de 2017 en Tarbes ganando de punta a punta para Antoine
de Watrigant, preparador con el que comenzó a trabajar tras estar con Sogorb.
Continuando con su progreso de aprendizaje dejó el sudoeste francés para irse a
la capital francesa con Carlos Laffón. Allí ya con un físico más semejante al
actual junto al entrenador sevillano sumó cuatro victorias durante el año 2018.
Un año en el que también decidiría emprender su primer viaje a los Estados
Unidos de América.
Aprovechando su peso bajo, a pesar de ser alto para ser
jockey, estuvo varios meses en 2019 haciendo las américas incluso montando allí
en carreras. No obstante, para final de año retornó a Francia, mucho más maduro,
y encarando un 2020 en el que daría un gran salto de calidad. Otra vez en el
turf galo durante el año de la pandemia ganaría 13 carreras para firmar su
mejor año hasta la fecha. Aunque no sería nada comparable con lo logrado en el
2021 al vencer en 46 ocasiones, un hito que le permitió ser vigesimoprimero en
la estadística de jinetes de Francia. Además ese mismo año ganó su primera
carrera importante en el país vecino al pasar primero por meta con Solenzana en
un Grupo II para caballos árabes.
Año a año, Alejandro contaba con más montas en el circuito
francés y perder su descargo era cuestión de tiempo. Antes en el invierno del
2021-2022 volvería a Estados Unidos, pero en su vuelta cosechó 36 carreras en
Francia y 4 en San Sebastián. Al final, su descargo se perdió el 29 de julio de
2022 con Holocene Bere de Río Cubas en Mont de Marsan sumando así la tan
buscada victoria número 86.
Eso sí, el perder el descargo no le castigó en exceso y
pronto comenzó a ganar para estar completando actualmente su mejor año
profesional. De las 22 victorias de este año en Francia cabe señalar en
mayúsculas su doblete de Listed protagonizado en Toulouse el 23 de abril al
ganar con Cracksmania y Kendly. Sus dos primeros Listed con caballos PSI que
hicieron darle a la postre la oportunidad de correr con la potranca de Guy
Pariente el Prix Saint-Alary (Grupo I).
El resultado en la pista no fue el mejor, pero esa
experiencia seguro que fue especial para ese chaval que dejó su pequeño pueble
cántabro para hacerse un nombre en el siempre competitivo turf francés. Ahora
es Madrid, quién ha visto florecer a este joven jockey que suma su primer gran
premio en España con El Caney. No en vano, entre Ashdeuzo y El Caney ha habido
muchas líneas por escribir y seguro que quedan muchas más por escribir en el
futuro.
Foto: Rafa Lorente
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