Muchos creen que en Euskadi solo han existido hipódromos en San Sebastián, pero no es así. Y es que, como no, en Bilbao también existió un recinto hípico que albergó galopes de caballos de carreras. Los de Bilbao no iban a ser menos, como dirían ellos… Que conste que este texto lo escribe un “giputxi”, tal y como lo relatarían los bilbaínos. Piques sanos aparte y volviendo al texto, hablamos hoy del Hipódromo de Lamiako, situado en la localidad vizcaína de Leioa (Lejona), que es un pueblo que está al lado de la capital vizcaína.
Para empezar, habría que determinar que la denominación de Lamiako proviene de la palabra “lamia”, que son unas personajes de la mitología vasca. Que para quién no lo sepa las “lamia” eran unas mujeres hermosas de largas melenas rubias y pies de pato que realizaban actos de brujería con el diablo. Por lo tanto, este nombre derivaría del lugar donde había “lamias”. Por lo que en algún momento de la historia estos personajes mitológicos estuvieron por allí. Es más, en la actualidad Lamiako da el nombre a un barrio de Leioa.
Hablando de nuevo sobre carreras de caballos la creación del hipódromo citado se remonta a finales del siglo XIX. El lugar seleccionado para la construcción eran unas marismas con riqueza en fauna y flora que estaba mojada por la ría de Bilbao, siendo el punto de encuentro de los ríos Ibaizabal-Nervión y Gobela. Por aquel entonces, los terrenos fueron comprados por el Marqués de Lamiako y algunas personas más, tras la muerte de Máximo Aguirre propietario hasta entonces esas parcelas. Además, con el apoyo de otras personas relevantes de la realeza se optó por construir un espacio deportivo allí. De este modo, se había realizado un complejo deportivo que contaba con campos de fútbol, campos de tiro de pichón, campo de polo, un pequeño aeródromo y como no, un hipódromo.
Concretamente, se tiene constancia que desde 1889 en adelante se disputaron carreras de caballos en ese recinto, siendo su inauguración en agosto de 1889. Se contaba con una cuerda de 2.000 metros para las carreras de liso, 1.950 metros para las carreras de steeplechase, así como una pista que tenía 15 metros de anchura. Destacaba una tribuna principal, con capacidad para hasta 1.200 personas que albergaba a la alta sociedad bilbaína e incluso a la Familia Real. En este sentido, en Lamiako también estuvo alguna vez el rey Alfonso XIII, gran aficionado a este deporte. A su vez, la primera junta directiva del hipódromo fue compuesta en un inicio por el Marqués de Villamejor (presidente); Olano (vicepresidente); Augusto Levison, (secretario) y como vocales los señores Zubiria, Urquijo, Gortazar, Urcola, Vilallonga y García (D. Romualdo).
Se puede afirmar además que el primer hipódromo y a la postre, las primeras carreras de caballos organizadas en Euskadi fueron en Bilbao y no en San Sebastián. Queda constancia asimismo de la existencia de carreras los días 21, 24, 28 de agosto y 1 de septiembre de 1889. Y en este sentido destacaron pruebas principales como el Gran Premio de Bilbao con 8.000 pesetas para el ganador y el Gran Hándicap de Vizcaya con 4.500 pesetas para el vencedor.
No obstante, por desgracia no hay mucha más información sobre la actividad hípica vivida en Lamiako, aunque carreras no faltaron promovidas sobre todo también por los consistorios de Leioa y Getxo. Igualmente se puede afirmar que en gran parte la decadencia de este hipódromo vino dado porque este lugar fue eclipsado por otros deportes como el fútbol. Y precisamente viene emanada de ahí la relación entre Lamiako y el Athletic Club de Bilbao. En consonancia, para quién no lo sepa, el primer campo de fútbol donde jugó el equipo rojiblanco fue en los terrenos del hipódromo de Lamiako. Aquel entonces muchos británicos (inventores del fútbol) solían trabajar en los alrededores de Bilbao. Por ello, encabezados por una petición del presidente del Club Atleta de Astilleros del Nervión, en 1892 se pidió permiso a las autoridades pertinentes para jugar a fútbol en el hipódromo de Lamiako. Posteriormente, cuando el balompié se hizo popular en Bizkaia se creó el Athletic Club de Bilbao y como ya se hizo con anterioridad se aprovechó este espacio para practicar el fútbol. Así, el hipódromo se convirtió en el primer estadio del Athletic durante la primera década de su existencia.
Luego, además el hipódromo se convirtió también en un aeródromo militar en la Guerra Civil, algo que ya venía de antes con un pequeño espacio reservado para avionetas. Esto trajo que definitivamente el recinto hípico pasase de tener una superficie de hierba copada por caballos a un lugar de cemento lleno de aviones. Una transformación muy repetida, por cierto, en la historia de las carreras de caballos en España. Como curiosidad, la base aérea de Lamiako fue uno de los escasos sitios desde el que se opuso resistencia a los alzados y sus aliados alemanes e italianos.
En conclusión, ahora mismo el humedal de Lamiako se halla en una situación de medio “abandono” estando lleno de vegetación, chabolas y basura variada, casi como un vertedero. Una autentica pena... Definitivamente, nunca es positiva la pérdida de un recinto hípico en una ciudad como es Bilbao, aunque sea por cuestiones ajenas a la competición y por el triunfo de otros deportes en sus instalaciones. Desde entonces, no ha habido intención de construir algo similar por esos lugares, pero al menos los bilbaínos tienen relativamente cerca tanto a San Sebastián como en Laredo. Y es que como suelen decir ellos mismos, “los de Bilbao nacen donde quieren”.
Foto portada: Lugar donde estaba situado el antiguo Hipódromo de Lamiako | Autoridad Portuaria
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